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Por lo general comenzamos la práctica con un trabajo de introspección, seguimos con ejercicios de higiene articular, flexibilidad, estiramiento, equilibrio, respiración y relajación para finalizar la practica.

Además, se eligen aquellas posturas en las cuales se puede sostener más tiempo con menos esfuerzo, para así profundizar en sus aspectos internos, y descubrir los aspectos más sutiles del Yoga, como encontrar estados meditativos dentro de un Asana. Incluimos trabajos de respiración y diferentes técnicas de relajación que pueden aplicarse tanto en la práctica como también en la vida cotidiana.

 

Una práctica de Yoga Suave es accesible a practicantes de todas las edades, embarazadas, adultos mayores y todo aquel  que desee trabajar con mayor conciencia y cuidado, priorizando  el trabajo interno por sobre el externo.

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El resultado será una mejor calidad de vida, un diálogo más fluido con uno mismo y con el propio cuerpo y un reencuentro con esa tan ansiada Paz Interior.

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El yoga suave, debido a su naturaleza gentil, es perfecto para aquellos que no pueden satisfacer la demanda del ejercicio físico demasiado intenso.

 

 

 

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